Aprendiendo a cuidarme

Arcilla Amarilla

La arcilla amarilla es una arcilla suave de tono dorado (mezclas de illita y/o caolín) rica en hierro, potasio y oligoelementos. Es ideal para pieles mixtas, normales y apagadas que necesitan purificar sin resecar y recuperar luminosidad.

Arcilla amarilla en polvo

Revitalizante y oxigenante

Estimula suavemente la microcirculación superficial, aportando un aspecto más fresco y luminoso al rostro.

Remineralizante

Aporta minerales y oligoelementos que ayudan a tonificar la piel y a mejorar su textura.

Absorbente suave

Regula de forma moderada el exceso de sebo y ayuda a limpiar los poros sin deslipidizar en exceso, por lo que resulta más amable que la arcilla verde.

Exfoliante delicada

Actúa como una exfoliación muy fina al retirarse, favoreciendo la renovación celular y dejando la piel más uniforme.

Calmante y equilibrante

Su perfil suave la hace adecuada para pieles sensibles o reactivas que no toleran arcillas más astringentes.

Detox y purificación

Ayuda a descongestionar y a retirar impurezas del manto cutáneo, mejorando el aspecto de los poros y el tono apagado.

Usos cosméticos

Conclusión

La arcilla amarilla es una opción equilibrada entre purificación y cuidado: limpia, remineraliza e ilumina sin resecar, convirtiéndose en un básico versátil para rutinas de renovación y luminosidad en pieles mixtas, normales y sensibles.